Rafael Alberti – Ese General – 1965

Rafael Alberti

Ese General

-Aquí está el general.
¿Qué quiere el general?
– Una espada desea el general.
-Ya no existen espadas, general.

¿Qué quiere el general?
-Un caballo desea el general.
-Ya no existen caballos, general.

¿Qué quiere el general?
-Otra batalla quiere el general.
-Ya no existen batallas, general.

¿Qué quiere el general?
-Una amante desea el general.
-Ya no existen amantes, general.

Rafael Alberti, Primera fiesta del PC en la Casa de Campo de Madrid tras su legalización
Rafael Alberti, En La Casa De Campo De Madrid

¿Qué quiere el general?
-Un gran tonel de vino desea el general.
Ya no hay tonel ni vino, general.

¿Qué quiere el general?
-Un buen trozo de carne desea el general.
-Ya no existen ganados, general.

¿Qué quiere el general?
-Comer yerbas desea el general.
-Ya no existen los pastos, general.

¿Qué quiere el general?
-Beber agua desea el general.
-Ya no existe más agua general.

¿Qué quiere el general?
-Dormir en una cama desea el general.
-Ya no hay cama ni sueño, general.

¿Qué quiere el general?
-Perderse por la tierra desea el general.
-Ya no existe la tierra, general.

¿Qué quiere el general?
-Morirse como un perro desea el general.
-Ya no existen los perros, general.

¿Qué quiere el general?

¿Qué quiere el general?

Parece que está mudo el general.

Parece que no existe el general.

Parece que se ha muerto el general.
que ya, ni como un perro, se ha muerto el general,
que el mundo destruido, ya sin el general,
va a empezar nuevamente, sin ese general.

(El matador, (Poemas escénicos), 1965)

Selección de poemas recitados por Rafael Alberti

Ese general por Rafael Alberti

Rafael Alberti Merello (El Puerto de Santa María, 16 de diciembre de 1902 – ibídem, 28 de octubre de 1999) fue un escritor español, especialmente reconocido como poeta, miembro de la generación del 27. Está considerado uno de los mayores literatos de la llamada Edad de Plata de la literatura española.​ Cuenta en su haber con numerosos premios y reconocimientos.

Nació en El Puerto de Santa María (Cádiz) el 16 de diciembre de 1902. Sus abuelos italianos y su abuela, nacidos en Irlanda y Huelva, eran viticultores y, como dice el propio poeta

grandes burgueses, propietarios de viñedos y bodegas, católicos de la más extraña locura y feroz tiranía. Ellos y otras pocas familias poderosas eran los verdaderos gobernantes de El Puerto, incluso a principios de este siglo

La arboleda perdida

Su padre era el representante del vino del norte, sus hermanos vivían con su madre y soportaban la «verdadera tiranía de sus tíos«. Recibió su educación religiosa de los carmelitas y los jesuitas, de los que siempre tuvo un mal recuerdo.

En 1917, la familia dejó El Puerto y se trasladó a Madrid, por lo que Alberti se dedicó a la pintura mientras estudiaba. Pasó los primeros años de su vida pintando y visitando museos en la capital española. Expuso con éxito en el Salón de Otoño de París y en el Ateneo de Madrid.

La muerte de su padre en 1920 le llevó a convertirse en un ávido escritor y lector. Gracias al pintor Gregorio Prieto, también pudo adquirir una colección de poemas de Federico García Lorca. Publicó sus primeros poemas en Horizonte, una revista dirigida por Pedro Garfias. También aparece la «Baladilla de los Tres Ríos» de Lorca, así como textos del propio Garfias y de Antonio Machado.

Se distinguen cinco momentos en la lírica albertina:

A su regreso a España fue elegido vicepresidente del Partido Comunista Español, pero renunció a este cargo para continuar con su labor literaria, dando recitales en diversos puntos del país.

Su libro de memorias tuvo un gran éxito, apareciendo cada vez una edición más completa de los distintos volúmenes de su Arboleda perdida.

Entre los numerosos honores y reconocimientos que se le han dedicado, destaca el Premio Miguel de Cervantes, concedido en 1983.

El 20 de junio de 2007, la biblioteca del Instituto Cervantes de Nápoles recibió el nombre de Rafael Alberti.


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